Santander. ¿Que hacía allí?- Llevo llamándote desde que has cogido el ascensor en el parking y tú ni caso.
-Perdona, venía pensando en mis cosas y un poco apurado por no perder el avión pero al final hasta me va a dar tiempo de tomarme una cerveza.
- Hace tiempo que no coincidimos, …
-Sí, concretamente desde las navidades de hace tres años, luego tú y mi hermano partisteis peras y agur, perdón he hablado demasiado- dijo arrepintiéndose al momento de su brutal falta de tacto. Sabía por terceros que ella lo había pasado muy mal en la separación.
-Puede ser sí- respondió Mónica con una voz algo más apagada.
- Perdona mi estupidez Mónica, no quería ser desagradable, veo que tú también vas de viaje - dijo mirando la maleta de cabina que arrastraba la que hubiera sido su cuñada - ¿nos ponemos a la cola o vás con más gente? Dentro de la zona de embarque si nos da tiempo podemos tomar algo si quieres.
- Voy sola, voy a Barcelona a visitar a unos amigos, me quedaré allí toda la semana, he cogido unos días de vacaciones para mi.
No podía ser iban a ir los dos en el mismo avión, no había otro vuelo a Barcelona esa tarde, mierda en la terminal del aeropuerto le estaría esperando Yolanda, no le importaba que otros le vieran con una chica de compañía pero Mónica era de la familia, bueno casi, además ello sólo confirmará la mala imagen que de él siempre había tenido Mónica. No sabía lo que le pasaba con aquella mujer siempre se habían llevado mal, ella siempre le había reprochado su actitud de bon vivant, de no querer comprometerse con nada y de dilapidar la parte de la fortuna familiar que había recibido, pero aún con todo aquello, él siempre se esforzaba por intentar agradarle. Sabía que si llegaban a Barcelona y aparecía Yolanda con esas piernas turgentes y largas y su bonito escote embozado en un corto vestido Mónica se reiría de él y empeoraría todavía su concepto sobre él. Actuó por instinto, mientras simulaba buscar la tarjeta de embarque en su nuevo iphone, envío un mensaje a Yolanda para que lo esperase en el hotel y no en el aeropuerto.
Pasaron el control sin más inconvenientes que los habituales y las protestas de Mónica por tener que quitarse los zapatos de tacón mientras hombres con botines pasaban sin problemas.
-Es injusto, siempre igual- se quejó-anda sujétame el bolso mientras vuelvo a calzarme.
No pudo evitar fijarse en ella, era guapa muy guapa y esa serenidad en el rostro le causaba un efecto hipnótico que lo idiotizaba, no podía llegar a entender cómo su hermano y ella habían roto, estaban hechos el uno para el otro, responsables, ordenados, ambos eran abogados, se habían conocido en el último año de carrera cuando su hermano había decidido irse desde Oviedo a Bilbao para estar más cerca de la familia. A sus 45 años Mónica era una mujer atractiva, de esas que no parece que envejezcan, no iba vestida de forma muy sexy, nunca lo hacía pero él sabía que debajo de aquel vestido, hasta algo más de medio muslo, había un cuerpo bien proporcionado y muy apetecible.
-¿Que me invitas a una cerveza cuñado?- dijo ella volviéndolo a sacar de sus pensamientos- por cierto no me has dicho donde vas.
-Perdona sí, voy a Barcelona igual que tú, el lunes y martes tengo varias reuniones de trabajo y he decidido ir el fin de semana antes para aprovecharlo y así el lunes estaré allí ya.
-No has cambiado, en cuanto tienes la oportunidad buscas la forma de montarte una escapada, seguro que tienes un hotel de lujo y una chica 15 o 20 años más joven que tú esperándote allí. ¿ya has alquilado un deportivo para pasearte? jajajaja. Todavía recuerdo la de París de hace 6 años, tu hermano no daba crédito al cargo de la Visa, estuvo toda la semana dándome la matraca y viendo como aquello podría justificarse en caso de inspección fiscal. Anda vamos a sentarnos ahí que tenemos media hora antes de que abran la puerta de embarque.
Este último comentario hizo que se acordará que no sabía si Yolanda había recibido su mensaje, miró con disimulo el iwatch que llevaba y vio que le le había respondido Yolanda con un ok y un emoticono de pena, respiró tranquilidad, sabía que Yolanda haría lo que él dijera, era un encanto y preciosa pero además, era una excelente profesional, no se jugaría el dejar mal a un cliente y seguramente había entendido en parte el motivo del cambio de planes.
Se acercaron a la barra y se sentaron en dos taburetes, ello hizo que el vestido de Mónica se recogiera y que buena parte de sus muslos quedaran al descubierto, además lo ajustado del vestido hacía se le marcaran sus pechos en la tela, nunca antes la había visto con algo tan apretado. Se dio cuenta de que estaba más nervioso de lo habitual.
-Perdona Mónica, antes he sido muy brusco, no quería herirte, creo que lo sabes. Sé que nunca te he caído bien, pero te aseguro que tú a mi siempre me has parecido una buena persona.
-Por lo menos te acuerdas de que me gusta la cerveza tostada y en vaso ancho, jajajaja, no te preocupes, tú no me caes mal, simplemente no me gusta tu forma de vida y no me gustaba que tu forma de vida implicara que Carlos tuviera que cubrirte en la empresa, frente a tu padre y frente a los otros miembros del consejo. Pero la verdad es que tú no engañas a nadie y siempre vas de frente, eso te lo tengo que reconocer.
-¿Amigos? - preguntó David con cara de cordero y una sonrisa que sabía resultaba irresistible.
-Si compartes conmigo un bocadillo de estos, amigos. -respondió Mónica- He salido casi sin comer del despacho y con esta cerveza o como algo o me subes tú al avión y deja de mirarme las piernas que la que te espera en Barcelona seguro que las tiene más bonitas. No me digas que andas tan desesperado como para fijarte en mi ahora jajajajaja.
-Te equivocas, no me espera nadie en el aeropuerto -dijo apurando la verdad, no le gustaba nada mentir- y sí, te estaba mirando las piernas, siempre me han parecido muy bonitas, la verdad, no entiendo que os paso a mi hermano y a ti. Érais la pareja perfecta y si hubiera querido formar una familia me hubiera gustado que fuera como la vuestra. Me dejasteis totalmente descolocado.
-Quizás fue eso David, Carlos y yo nos conocimos jóvenes, ambos teníamos, y tenemos, mucha ambición profesional y el día a día hizo que el fuego se fuera apagando, para cuando nos dimos cuenta habían pasado los años y éramos poco más que unos buenos amigos que compartían lecho y experiencias en el juzgado. Es curioso pero de las pocas cosas que nos sacaban de la monotonía eran tus andanzas y los líos que montabas con las mujeres de la oficina de la compañía. Joder no había trimestre en que no se marchara alguna porque le habías roto el corazón, que no apareciera por allí algún marido despechado o que llegaran facturas tuyas por gastos de viaje poco justificables.
-Siento si eso contribuyó a vuestra ruptura.
-No, no te sientas culpable, lo que te quiero decir es que la perfección no es precisamente lo mejor muchas veces, un poco de desorden viene bien para darle emoción. Yo ahora estoy más viva que cuando vivía con Carlos y creo que él también. Esta semana por ejemplo me la he cogido de vacaciones, eso hace cuatro años no lo hubiera hecho, me hubiera parecido una locura dejar el despacho en octubre con la carga de trabajo que hay. Pero ahora veo que no hay nadie imprescindible y que todo se acaba haciendo. Es más, que lo pasen mal otros estos días sin mi al igual que yo lo pasaba cuando otros se marchaban de vacaciones.
-¿A que zona de Barcelona vas? - preguntó David con la doble intención de conocer los planes de su excuñada pero sobre todo de no cruzársela con Yolanda de la cintura.
-Tengo unos amigos que viven en la Barceloneta, me han invitado varias veces a ir allí, tienen un piso pegado al suyo que me alquilan a buen precio y así no estoy en su casa y tengo también mi intimidad. Voy de vez en cuando.
-No si al final te echarás novio en Barcelona jajajaja
-Todavía no estoy preparada para tener pareja estable, de hecho no sé si quiero pareja estable, ... pero que me echen un buen polvo se agradece jaajajajaja
Esto dejó descolocado a David, no era ese el concepto que tenía de su cuñada pero hacía tres años que no se veían y las personas cambian, además era una persona adulta y libre. ¿Porqué se sentía mal al escuchar aquello? no, no era porque fuera criticable, tampoco porque entendiera que existía un vínculo entre ella y su hermano, no, lo que verdaderamente le jodía es que ella no le contemplaba como un hombre para estar entre sus piernas, si ella supiera ....
David pagó la cuenta y marcharon para la puerta de embarque, en la cola hablaron poco, que si el tiempo que iba a hacer, que sí el hotel de él, ella le criticó que marchara a un hotel de cinco estrellas diciéndole que no había cambiado y al poco se montaron en el avión cada uno en su asiento, separados ambos por varias filas. David se sentó y se relajó del todo, se quitó su chaleco de marca y puso la maleta en el portaequipajes sin poder evitar mirar las caderas de las azafatas que pasaban ayudando a otros pasajeros. Si no hubiera estado Mónica en el avión hubiera dado conversación a alguna con total seguridad.
David se acomodó en el asiento pegado a la ventana y esperó a que el avión despegara. No podía quitarse de la cabeza las piernas de Mönica, sabía que Yolanda era más joven, fogosa y era una modelo pero Mónica tenía una madurez y una seguridad en si misma que le hacían prever que en la cama podría ser todo un volcan. Además aunque su 1,65 aproximadamente no la hacían una mujer muy alta sí que estaba muy bien proporcinada y con unas buenas curvas. Sabía que era cuatro años más joven que él y eso le ponía aún mas caliente.
Fue curioso pero el avión iba medio vacío y los asientos que estaban junto a él no se ocuparon. Mónica se fijo en ello y una vez en vuelo, se acercó donde David sacándole de sus pensamientos de nuevo.
-¿Molesto o prefieres ir solo?
-No que va, siéntate´- así seguimos hablando
Mónica se sentó, el vestido se recogió de nuevo y además Mónica cruzó sus piernas lo que hizo que se subiera peligrosamente hasta cerca de su entrepierna pero esta ni se inmutó al ver que la mirada de David se dirigía a sus piernas otra vez, era la segunda vez en la tarde que la miraba con deseo y ella no sabía porque pero la estaba excitando la situación.
Mónica se acercó al oído de David y hablándole en voz baja le dijo.
- ¿En qué piensas cuando me miras las piernas así?- ni ella misma se creía lo que estaba diciendo pero estaba bastante excitada.
David no supo que decir, estaba excitado pero a la vez confundido, aquella mujer había sido su cuñada, la mujer de su hermano, intocable para él pero ahora parecía que se le estaba ofreciendo y no era lo que él hubiera esperado de ella jamás, sin embargo un impulso dentro de él le llevó a seguirle el juego.
-En que no sé si llevas medias o pantys
Mónica se acercó más a él y cogió la mano de su excuñado y la llevó disimuladamente por debajo de su vestido, se sentía como una furcia pero estaba totalmente mojada, aunque no lo había querido reconocer nunca aquel hombre siempre le había puesto muy muy cachonda, de hecho su bordería con él era para evitar el peligro que suponía para ella en su relación con su marido, pero ahora ya no había limitaciones, se había separado, era libre y David le apetecía.
Los dedos de David reptaron por el lateral del muslo de su ex-cuñada, casi no se creía lo que estaba haciendo, estaba casi seguro de que Mónica no llevaría medias, pero tampoco hubiera pensado en tener su mano dentro del vestido,